No hay nada que entender, mucho que sentir, nada que perder, mucho por vivir, lucho por seguir, por servir de algo dejé atrás largos letargos y tragos amargos, hoy cabalgo a salvo del dardo que lanza el paso del tiempo, lo hago a mi modo, escarbo en estiércol y extraigo oro, busco la belleza en el cemento, siempre hay una historia que contar